Por: Manuel Montes & Jorge Munnshe
Pascal Languirand es uno de los más importantes compositores de vanguardia en Canadá. Desde su primer álbum, en 1978, ha demostrado su imaginación en todo lo que ha hecho, desde bandas sonoras para televisión, hasta música electrónica bailable como es el caso de su canción Living on Video (Trans-X), de la que se vendieron más de dos millones de copias, y que obtuvo un disco de platino en México.
A través de largos encuentros que hemos tenido con él en diversas ocasiones durante los últimos años, hemos podido conocer sus puntos de vista sobre la vanguardia musical, así como sus inquietudes artísticas más importantes.
Preferir la libertad artística al éxito comercial es un rasgo que magnifica la figura de todo artista. Así que en el caso de Pascal Languirand nadie podrá acusarle de que compone influenciado por los requerimientos comerciales.
Hijo de padres canadienses, nació el año 1955 en París. Aunque se crió en Canadá, viajaba con frecuencia a México. El motivo era que acompañaba a su padre, escritor, quien se sentía fascinado por el país y encontraba allí la inspiración necesaria para escribir sus libros. Pascal nos contó que a causa de ello, a los cuatro años de edad ya había aprendido algo de español jugando con niños mexicanos de su edad.
En 1978 se editó su primer álbum, Minos. Según él, no le fue difícil lograr que se publicase. Atribuye esa facilidad a que entonces la música electrónica era algo nuevo, que llamaba mucho la atención, por lo que eran muy frecuentes sus actuaciones televisivas y que le hicieran entrevistas sobre su peculiar estilo musical.
Con su segundo álbum, De Harmonia Universalia, en 1980, forjó uno de los más típicos signos de identidad de su música: la abolición de las fronteras del tiempo. Fusionó con asombrosa compenetración cantos gregorianos y melodías cósmicas de sintetizadores, creando un estilo que ha sido definido como el Nuevo Romanticismo Clásico. El definió su concepto musical como "Música de una civilización naciente".
De su posterior labor componiendo bandas sonoras, se publicó el álbum Vivre Ici Maintenant que recoge su música para una serie de televisión canadiense.
Ishtar apareció en 1993. Casi al mismo tiempo, se publicó Pascal Languirand, un CD recopilatorio que recoge canciones procedentes de sus dos primeros álbumes más una inédita. Poco después, Michel Huygen (Neuronium) colaboró conLanguirand como productor del nuevo trabajo de éste y Henri Chalifour como Trans-X.
Hay que destacar que Pascal no se considera circunscrito a ninguna corriente musical determinada, ni hace distinción entre lo acústico y lo electrónico. No tiene reparo en admitir que utiliza ordenador, pero al mismo tiempo explota las posibilidades del sonido acústico, de las voces, y de las ideas expuestas en sus textos: "Los textos que a veces incluyo en mi música, son parte inseparable de la misma. Forman un todo. Jamás uniría una música y un texto que no encajasen. Es muy importante para mí que los textos tengan su lado poético y siempre quieran decir algo. Que no sean la típica letra intrascendente de relleno. De otro lado, me parece vital cantar en otros idiomas además del inglés. Es muy importante difundir la cultura de muchos países para así evitar estar inmersos en la cultura de unos pocos, la anglosajona. Por eso intento diversificar los idiomas que incorporo a mis temas. También me encanta explotar la diferente textura vocal de cada lengua".
Considera que los artistas deberían reflejar lo que ocurre en la sociedad, que la música no tendría que ser sólo un arte sino también mostrar lo que ocurre alrededor. En este sentido, Pascal se manifiesta comprometido con su entorno.
Pascal Languirand y Michel Huygen se conocen desde hace unos quince años, y admiran mutuamente su trabajo. Sin embargo, no se han sentido influenciados el uno por el otro, como afirmaron al plantearles nosotros esa posibilidad.
El lado humano de Pascal Languirand no es en absoluto el que podría temerse de un músico que tiene un disco de platino, que vendió más de dos millones de copias de una canción, y que estuvo en las listas de los diez principales en diversas naciones europeas. Las veces que nos hemos reunido con él, nos hemos sentido como con un amigo con quien se charla de música, en vez de como periodistas entrevistando a una celebridad para escribir un artículo.
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