Emil Montgomery es un compositor y productor de trayectoria internacional, recordado por su mítico concierto en las escalinatas del Palacio Legislativo de Montevideo en 1995, en el que congregó a cerca de 300.000 espectadores marcando el récord histórico de mayor afluencia en un espectáculo abierto en su país.
Nace en Montevideo Uruguay el 6 de enero de 1970. Hijo de Osvaldo Montgomery (contador) y Mary Soler (destacada actriz de teatro), Emil demostró avidez y facilidad por la música a temprana edad.
A sus 6 años comienza estudios sobre teoría, armonía y piano, y compone sus primeras obras. Pero pronto se sentiría desilusionado por el método tradicional de enseñanza demasiado rígido y falto de espacios para las iniciativas de un niño curioso y atrevido, por lo que abandona sus estudios formales.
Durante los años siguientes explora con pasión la astronomía, la poesía, la pintura y el dibujo como formas de canalizar y expresar sus inquietudes artísticas. Inicia también estudios de arquitectura, siguiendo la idea no muy convencido de dedicarse a esta profesión.
Su vida adolescente transcurre dispersa, sin objetivos personales o profesionales concretos hasta 1987.
En abril de ese año, en una casual reunión de amigos da a lugar un acontecimiento que solidificaría para siempre el sentido de su vida: escucha «Oxygène» y «Equinoxe», obras del consagrado compositor de música electrónica Jean-Michel Jarre.
Nace en Montevideo Uruguay el 6 de enero de 1970. Hijo de Osvaldo Montgomery (contador) y Mary Soler (destacada actriz de teatro), Emil demostró avidez y facilidad por la música a temprana edad.
A sus 6 años comienza estudios sobre teoría, armonía y piano, y compone sus primeras obras. Pero pronto se sentiría desilusionado por el método tradicional de enseñanza demasiado rígido y falto de espacios para las iniciativas de un niño curioso y atrevido, por lo que abandona sus estudios formales.
Durante los años siguientes explora con pasión la astronomía, la poesía, la pintura y el dibujo como formas de canalizar y expresar sus inquietudes artísticas. Inicia también estudios de arquitectura, siguiendo la idea no muy convencido de dedicarse a esta profesión.
Su vida adolescente transcurre dispersa, sin objetivos personales o profesionales concretos hasta 1987.
En abril de ese año, en una casual reunión de amigos da a lugar un acontecimiento que solidificaría para siempre el sentido de su vida: escucha «Oxygène» y «Equinoxe», obras del consagrado compositor de música electrónica Jean-Michel Jarre.
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